sábado, 20 de febrero de 2016

Notas de eneros fríos

Estás loco si crees que abandoné la calma por ti. Abandoné la calma porque ella y yo ya no éramos capaces de vernos la cara sin sentir cierta amargura. A mí me llamaba la tormenta y el caos, las llamaradas de locura y las acciones imprevistas, las ilusiones, el desconcierto, la improvisación.
Estás loco si crees que te regalé aquellas páginas para que las desestimaras. Bórralas como a mí; tíralas, písalas, olvida dónde y cómo las dejaste y vuelve cualquier día para ver si puedes escribir en ellas.
Estás loco si pensaste que me quedaría viendo cómo me marchitas y te riegas, cómo me arrancas las hojas mientras dices que me quieres ver crecer. 
Estás loco si, por solo un segundo, creíste ser algo más que aquello que, como un niño con un juguete nuevo, me quiso dos días y me rompió el tercero.

Estoy loca porque pensé que podía creer a un extraño cuando me hablaba de un paraíso que solo estaba en su cabeza.