domingo, 12 de enero de 2014

No necesito motivos para la soledad.

No necesito motivos para estar sola. A veces la soledad me inspira. No necesito motivos para querer salir a pasear sin hablar ni hacer nada interesante. Para encerrarme y escuchar música en silencio, dormitar a media tarde o leer parando en cada página. Tampoco los necesito para bailar sola mientras cocino, en la ducha o para tocar la guitarra y cantar a plena voz canciones tristes. No los necesito, pero a veces los tengo. Motivos derivados de "nada en especial". Motivos derivados de pesadillas guardadas por obligación y de ilusiones que no quisieron compartir conmigo. Del mundo me cansa y las personas me aburren. Si, aunque parezca imposible, las personas me aburren. Y si no me aburren no me dan motivos para dar paseos con ellas. 

Así que salgo a dar paseos sola y, si me canso de mí, busco a alguien con quien hablar de mis pesadillas. Aunque no le interesen.

2 comentarios:

  1. La soledad es tan maravillosa como la compañía siempre y cuando sea buena compañera. Al fin y al cabo, tú misma eres compañía. Lo importante es saber disfrutar lo que quieras hacer y con quien lo quieras hacer.

    ResponderEliminar