viernes, 11 de abril de 2014

...un puente infinito

Un silencio natural,
que no es silencioso
porque es susurro de ríos y pájaros.
La brisa suave del atardecer,
que no llega a despeinarme el pelo
pero me limpia por dentro.
Y mis entrañas salen
y el Sol cae encima de nosotros.
Pronto se difuminan los brillantes colores
de la montaña sobre la que pondría mi casa
(nuestra),
y los abetos se esconden en la oscuridad.
Ellos serían parte de nuestra soledad acompañada,
de nuestros devenires sentimentales.
Pero el río corre, igual que el tiempo.
Los mosquitos no hacen nada,
revolotean inútilmente sobre nuestras cabezas.
Hipotéticos rumbos de aviones
surcan nuestra imaginación;
y todo cambia lentamente a nuestro alrededor...


2 comentarios:

  1. "Conspiramos contra el tiempo para evitar que este momento termine". Algo similar es lo que he sentido yo mientras leía esto. Es fantástico, de verdad.

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