martes, 26 de agosto de 2014

Notas en desorden.

Tire tu ropa a lavar, tu olor, y probablemente todo lo que era tuyo en mí.
Nunca poner una lavadora fue tan difícil.

Hoy, el insomnio me recuerda lo fácil que puede ser caer en un mar de lágrimas.
O quizá caer en un mar de lágrimas me recuerda que aún tengo insomnio.

Perdida en unos ojos negros, más culpable aún, estúpidamente perdida.

¿Y si todo esto esta mal? De repente, me convierto en el abismo, en el monstruo, en mi propio miedo y engullo todo aquello que durante meses me hizo sonreír.

No podía evitar pensar que, a pesar de todo, echaba de menos ponerme bufanda y salir a pasear bajo un cielo despejado y rodeada de aquel aire frío que envuelve Madrid en invierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario