domingo, 10 de agosto de 2014

Veranos de vorágine

Sacudía como las olas del mar en un día de tormenta, como el viento cuando eres pluma. Sacudía fuerte y te impedía respirar, pensar, reaccionar. Cogías una bocanada de aire y caías inmerso entre sus brazos, que agarraban fuertemente cualquier sentimiento bueno que pudiera surgir, y no lo dejaba escapar. Palpabas su forma, a veces concebías su olor, pocas veces mirabas qué era exactamente lo que te estaba llevando. Pocas veces te mecías en sus negros parajes.

Resonaba una carcajada que ocultaba un sentimiento ya conocido. Con el abismo ante tus ojos, sentado al filo de las malas decisiones, estabas tu con la cabeza entre los brazos, sollozando y remendando con hilo fino aquellas dudas y penas, poniendo algún parche, cantándole al tiempo y rogando que, por favor, más días no significaran más posibilidades de caer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario